CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

POSTUREO

POSTUREO

Parece que hoy en día tenemos la necesidad de dar a conocer al mundo lo felices que somos y lo maravillosa que es nuestra vida, aunque eso muchas veces no se corresponda con la realidad. Es cómo si quisiéramos proyectar la imagen de ser populares, de tener muchos amigos y de estar todo el tiempo con la sonrisa puesta. Esto es postureo. A pesar de ser un neologismo, de reciente implantación, sobre todo en las redes sociales, no es tan novedoso como parece, pues desde siempre mucha gente ha vivido para aparentar, haciendo las cosas porque creen que “toca” hacerlas y no por verdadera motivación. Antes se llevaba el libro debajo del brazo y se dejaba a la vista en el café intentando dar la impresión de ser un intelectual; ahora se cuelga en la red social la foto del libro con un comentario oportuno a pié de foto. Gracias a Facebook, Instagram y Twitter, la pose se practica de tal forma que llega a cualquier parte con celeridad y ante un numeroso público. La norma básica es aparentar, haciendo esa cosa que se cree que sorprenderá a nuestros conocidos y amigos. Al practicarlo se busca la aprobación de los demás, lo que puede convertirse en una necesidad patológica. Pero la realidad es que no hay que preocuparse demasiado porque las parejas que parece que coman perdices, en una foto de Instagram, también tienen sus desencuentros; las chicas guapas que aparecen en Face tienen sus imperfecciones; y esos amigos inseparables de Twitter también tienen sus movidas. Nadie tiene una vida perfecta como la que aparenta, independientemente de sus sonrisas en las fotos de las diferentes redes sociales. www.carloshidalgo.es

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