CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La aboulomanía

La aboulomanía

Tomar decisiones es algo recurrente en nuestra vida, desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos. A pesar de que muchas elecciones no influyen más allá de nuestra experiencia, hay otras que si pueden tener repercusiones importantes. A todos nos ha atormentado alguna vez el tener que tomar una decisión complicada, generando un alto nivel de angustia. Ahora, imaginemos que esa sensación nos acompaña constantemente, en todas y cada una de las actividades que realizamos. Esto es la aboulomanía. Sería como un trastorno mental donde la persona carece de la fuerza de voluntad necesaria para resolver, lo que provoca que constantemente reevalúe las alternativas. Las personas afectadas por este trastorno suelen encontrarse atrapadas en un ciclo paralizante de pensamiento, evaluando constantemente las opciones sin llegar a una resolución. Se cree que el problema tiene una doble causa: biológica y educativa. Por un lado, tener un deterioro en la corteza prefrontal, pues dicha zona cerebral está directamente asociada con la toma de decisiones conscientes. Por otro, está comprobado que un estilo de crianza autoritario y sobreprotector por parte de los padres, incentiva la dependencia del niño, fomentando su aboulomanía. Padecerla suele provocar que los demás sean los que tomen nuestras decisiones, evitando responsabilidades personales. Además, también se resiente el círculo social, ya que es difícil acordar algo con una persona que vive en plena indecisión. No obstante, la aboulomanía no es un destino inevitable; es un desafío que se puede superar con paciencia y esfuerzo. Retarse a practicar decisiones fáciles y pequeñas, que son cotidianas, y que no afectan de una manera trascendente, puede ayudar a su superación. A su vez, también es importante aprender a manejarnos en la incertidumbre sin que eso nos paralice. Por último, practicar el método 10-10-10. Esto es, la próxima vez que se tengan dudas, hay que pensar en cómo nos sentiremos dentro de 10 minutos, de 10 meses y de 10 años con la decisión elegida. Es un método que ayuda a relativizar las consecuencias de cualquier decisión, por importante que sea. www.carloshidalgo.es

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