Los puntos se unen solo hacia atrás
Hace 20 años, Steve Jobs pronunció en Stanford un discurso, que se convirtió en un referente, sobre connecting the dots (conectar los puntos). En él explicó que, muchas veces, no podemos ver cómo los hechos de nuestra vida se relacionan en el momento en que ocurren, pero al mirar hacia atrás, descubrimos con claridad las conexiones, entre eventos y decisiones, que nos han llevado hasta donde estamos hoy. Jobs enfatizaba en la creencia de que esos puntos no pueden unirse mirando hacia adelante, porque solo cuando observamos el pasado entendemos su sentido. Cada paso, incluso los desafíos o tropiezos, son parte de un proceso que nos moldea, y lo que hoy parece un obstáculo o un desvío inesperado, con el tiempo puede revelarse en una valiosa oportunidad. Por eso, es importante aprender a confiar en el proceso, en el camino mismo, sin exigir certezas absolutas. Cuando revisamos decisiones pasadas, encontramos patrones que nos ayudan a comprender qué factores han influido en nuestra trayectoria e identificar estas conexiones nos permite aprovechar las lecciones aprendidas para aplicarlas en nuestra vida actual. De ahí lo útil de adquirir conocimientos sin saber exactamente cuándo serán útiles, pues muchas veces, de manera inesperada, encajan en momentos clave. En definitiva, esta mentalidad fomenta paciencia y confianza, permitiéndonos avanzar sin quedar atrapados en el pasado, pero aprendiendo de él. Nos recuerda que cada experiencia, incluso las difíciles, nos aporta algo valioso pues al final, lo vivido, da forma a nuestro presente y nos guía hacia el futuro. Como dijo Kierkegaard: “La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante”. www.carloshidalgo.es