CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La metáfora del tren equivocado

A veces, el mayor obstáculo entre nosotros y nuestros sueños, no es la falta de talento, recursos o tiempo… sino la espera. Esperar el momento perfecto, la oportunidad sin riesgos o sentirnos preparados. Y mientras esperamos, la vida sigue su curso. La metáfora del tren equivocado ilustra con claridad este dilema interno. Imagina estar en una estación: frente a ti hay dos trenes. Uno luce viejo, incómodo y poco atractivo. El otro, brillante y sofisticado, parece ideal… pero nunca arranca. Esta escena representa las decisiones que postergamos al aferrarnos a lo cómodo, lo seguro o lo idealizado, dejando pasar trenes reales (aunque imperfectos) que sí nos llevarían más cerca de nuestras metas. Desde la psicología, esta imagen habla de mecanismos como la evitación, el perfeccionismo y la rigidez de pensamiento, que nos mantienen atrapados en la espera. Nos sentimos paralizados, no por falta de opciones, sino por expectativas poco realistas. El problema no es tomar un tren incorrecto, sino quedarnos inmóviles, pues cada minuto de inacción nos aleja de nuestra autenticidad; y cuanto más tiempo pasamos ahí, más difícil es volver a nuestra esencia. A veces, el tren que parte, aunque no sea el más cómodo, es el que realmente necesitamos para crecer. Aferrarse a lo conocido puede parecer seguro, pero quizás nos lleve a una vida de estancamiento. Y, la vida, es un viaje de decisiones (cambiar de carrera o de trabajo, dejar una relación, mudarse a otro lugar…) y, aunque no siempre elegimos bien a la primera, siempre tenemos la opción de rectificar. Lo importante es reconocer a tiempo cuándo es momento de bajarse, cambiar de rumbo y de tren. www.carloshidalgo.es

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