CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Síndrome cara vacía

Síndrome de la cara vacía

Ya ha pasado una semana desde que dejó de ser obligatorio el uso de la mascarilla en espacios abiertos. Llevamos más de 15 meses relacionándonos con la cara tapada circunstancia que nos hace sentirnos como más protegidos. Ahora, volver a vernos las caras al salir a la calle puede traer consigo la aparición del llamado síndrome de la cara vacía. Este, es el conjunto de problemas emocionales que se manifiesta en las personas que se sienten inseguras, cuando no llevan nada que les proteja la cara,ante un posible contagio de coronavirus. “Me puedo contagiar”, “la gente es una inconsciente”, “estoy desprotegido”, son algunos de los pensamientos que se tienen y que son los generadores del miedo, la angustia y la ansiedad. Y este conjunto de emociones, derivados de la cara destapada, terminan con una conducta de evitación, de no querer socializar o de buscar una protección exagerada. Pero el miedo al posible contagio puede que no sea la única razón por la que quitarse la mascarilla genere ansiedad. Estar sin ella, después de más de un año, hace que tengamos que volver a conectar con las facciones de la cara y no con una máscara. Y, en este punto, surgen miedos relacionados a cómo nos verán los demás, ya que en este tiempo hay gente que ha cambiado sus hábitos dejando de afeitarse o de maquillarse, por ejemplo. Incluso puede haber nuevos compañeros de trabajo a los que nunca se les haya visto la cara. Sea por el motivo que sea, es momento de empezar a olvidar un hábito mantenido mucho tiempo, para dar un paso más hacia la normalidad anterior a la pandemia, manteniendo una actitud positiva y sin abandonar por ello la prudencia. Haríamos mal al condenar a los que decidan seguir llevándola, o al pensar que el virus no existe y que no hay contagios. Hay razones de sobra para seguir siendo precavidos. www.carloshidalgo.es

Deja un comentario

× Contacta