CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La paradoja del Rey Salomón

EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 26/11/2023

LA PARADOJA DE SALOMÓN

El Rey Salomón fue famoso por emitir juicios desde el pragmatismo y la sabiduría, como se observa en un pasaje del Antiguo Testamento donde se narra cómo logró saber la verdad, en un caso en el que dos madres se disputaban un niño, atribuyéndose cada una de ellas su maternidad. La paradoja de Salomón es un concepto que hace referencia a una situación en la que una persona se encuentra ante una difícil decisión, en la que debe elegir entre dos opciones igualmente deseables o indeseables. En el relato bíblico antes mencionado, Salomón propuso dividir al bebé en dos partes y darle a cada mujer la mitad. La verdadera madre reaccionó con horror ante la propuesta, prefiriendo renunciar a su petición, antes que ver muerto a su hijo, mientras que la impostora estuvo de acuerdo. Basándose en esta reacción, Salomón determinó que la verdadera madre fue la que deseaba el bienestar del bebé, por lo que le otorgó la custodia. Ahora bien, a pesar de su destreza resolviendo las dificultades de los demás, el Rey acabó perdiendo su reino por sus malas decisiones. Esta paradoja se da pues cuando uno es especialmente bueno a la hora de dar consejos, por disposición, ingenio y empatía, pero es especialmente incompetente a la hora de aplicarlo a uno mismo. Admitámoslo, siempre es más fácil actuar sobre los problemas ajenos que responsabilizarse de los propios. Y es que la toma de decisiones no siempre es sencilla, y si lo que queremos es aumentar la probabilidad de acierto con la estrategia adecuada, lo sabio sería agudizar la capacidad para evaluar opciones, tener en consideración nuestros valores y tomar decisiones que sean coherentes con lo que más valoramos en la vida. La paradoja de Salomón sería pues una advertencia de que el tino radica en la capacidad de encontrar el equilibrio en las elecciones difíciles, tomando decisiones que reflejen nuestras metas e ideales a largo plazo, para no caer en el famoso refrán de consejos vendo y para mí no tengo. www.carloshidalgo.es

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