CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

funcionar modo queja

FUNCIONAR MODO QUEJA

¿Quién no ha asumido alguna vez el papel de víctima? No obstante, existen algunas personas que se instalan en la queja de manera permanente y ya no saben actuar de otra manera. Se convierten en víctimas permanentes culpabilizando a los demás y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se liberan de la culpa. Hallan consuelo en el lamento y no suelen pedir ayuda para solucionar sus problemas, solo se lamentan de sus desdichas en búsqueda de compasión y protagonismo. Uno de los problemas colaterales que acarrea esta manera de actuar es que la persona se vuelve pesimista y negativa con respecto al mundo y a los demás, lo que hace que la gente termine huyendo de ellas, provocándoles un aislamiento y un malestar emocional aún mayor. El creer tan firmemente que la culpa nunca es suya, alimenta sentimientos de inquina y resentimiento que les conduce en ocasiones a un victimismo agresivo. Y esto es muy peligroso pues provocar un contigo en nosotros mismos. Así, la forma más rápida y sencilla de construir una relación con una persona consiste en buscar algo negativo en común, puesto que nada une mas que una insatisfacción compartida. Y lo peor es que cuando nos quejamos, o cuando escuchamos a alguien lamentarse, activamos a nivel cerebral una respuesta de estrés que puede llegar a dañar las conexiones neuronales de áreas como el hipocampo, vinculadas a la memoria y la capacidad para resolver problemas.  En verdad, las quejas son como el humo: no es necesario fumar para dañarnos, se puede ser un fumador pasivo. Por eso, siempre que se pueda, hay que evitar a las personas que funcionan en modo queja. www.carloshidalgo.es

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