El pequeño Nicolás
Todo el mundo habla del pequeño Nicolás. Francisco Nicolás Gómez-Iglesias, de 20 años, detenido por falsificar informes del Centro Nacional de Inteligencia y por realizar varios intentos de estafa haciéndose pasar por cargo de Moncloa entre otras cosas, formó parte del equipo de Arturo Fernández (presidente empresarios madrileños) en las pasadas elecciones de CEIM. Se le acusa de falsedad, estafa y usurpación de identidad entre otros muchos delitos. Siempre aprovechando su falsa identidad, engañó a importantes personalidades de altas esferas, a empresarios y políticos con la promesa de realizar gestiones ante la Administración a cambio de dinero. Seguro que a lo largo de estas semanas surgen nuevas fechorías de este bandolero del siglo XXI. El médico forense que le ha atendido dice que tiene ideas delirantes. Estas se definen como creencias falsas sobre la realidad, basadas en inferencias incorrectas, que se sostienen firmemente a pesar de que los demás estén en desacuerdo y se obtengan pruebas y evidencias indiscutibles en su contra, como ocurre en los celos por ejemplo. Ni conozco los hechos de primera mano, ni he valorado personalmente al pequeño Nicolás, por lo que sería un atrevimiento emitir un diagnóstico adecuado. Pero, sin caer en la tentación de hacer juicios de valor, no parece que este sujeto tenga una grave perturbación en su juicio de la realidad o una incapacidad para distinguir entre la realidad interior y la exterior. Esa necesidad de admiración y arrogancia de la que hace alarde, más que obedecer a un trastorno de personalidad, hace referencia a un deseo de asumir poder, con el único fin de acumular riqueza. Diagnóstico: Un jeta. www.carloshidalgo.es