CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

El euromillón

EUROMILLÓN

El viernes de la semana pasada, un suizo, como único acertante de primera categoría, ganó 210 millones de euros, el mayor bote de la historia del EuroMillón. Una barbaridad de dinero que, si no se sabe administrar bien, provoca la mayoría de las veces un auténtico destrozo en la vida del ganador. Siempre, pero especialmente en tiempo de estrecheces, la lotería aumenta su protagonismo al ofrecernos una ilusión: la posibilidad de olvidar un presente agobiante. Pero, independientemente del tamaño de la ganancia, el 87% de los ganadores terminan volviendo a su estado económico original en 5 años, llegando incluso a arruinarse. Después de la euforia inicial, la acomodación a los nuevos ingresosse hace tan rápida, debido a la adaptación hedónica, que las emociones vuelven a ser las mismas que antes. Es decir, si antes se estaba triste con una bicicleta, ahora se está con un deportivo. Es común (y normal) pensar que una buena renta nos hará felices, pero la realidad es que, ahora, hay un gran capital que no se sabe cómo manejar y que se acaba convirtiendo en una fuente de ansiedad. Gestionar una suma elevada de dinero requiere de una serie de habilidades que, seguramente, nunca hayamos tenido. Además, probablemente se acabará divorciando (el 68 % lo hace), se hará adicto a alguna sustancia y se enemistará con familia y amigos, pues, con la imagen de nuevo rico, serán habituales las peticiones de préstamos. La excepción que confirma la regla es Francisco Delgado, un panadero de Pilas (Sevilla) que hace 10 años ganó 121 millones y que, hoy en día, tiene aún más capital. Sin abandonar su pueblo, se dedica a viajar con su familia y amigos, invirtiendo con acierto sus ganancias. Deportista y familiar, tiene a sus dos hermanas como consejeras de sus sociedades, mientras continúa con la misma relación de pareja que tenía antes de la lluvia de millones. Todo un ejemplo. www.carloshidalgo.es

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