CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

El día de la felicidad

EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 26/3/2023

EL DIA DE LA FELICIDAD

El pasado 20 de marzo se celebró el Día Internacional de la Felicidad, una fecha simbólica, que proclamó la ONU desde hace una década, para conmemorar la importancia que tiene la felicidad como parte integral en el desarrollo y bienestar del ser humano. El origen de este día lo encontramos en el Reino de Bután, un pequeño país asiático del Himalaya, donde su rey, hace 40 años, y cuando solo tenía 16, decidió que la filosofía de su gobierno se basaría en la felicidad de sus súbditos. Para conseguirlo, el país invierte un alto porcentaje de sus recursos en el sector de la salud física y mental, inventando el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), pues consideran la felicidad como una meta humana fundamental. Sin embargo, a pesar de reconocer el importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas, la felicidad a día de hoy está seriamente amenazada, pues el camino hacia la misma requiere de valores que brillan por su ausencia, como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis y conflictos bélicos. Investigadores de la Universidad de Harvard han dado a conocer los resultados de un trabajo en el que se ha analizado, incluso con escáneres cerebrales, qué hace que una persona tenga una vida plena y feliz. El hallazgo más sorprendente es la importancia que tienen los vínculos afectivos con la felicidad. Al parecer, la fuerza de los lazos de las relaciones personales es más importante para ser feliz que tener salud. Además, también es fundamental rodearse de personas felices, practicar la gratitud y sonreír. La ciencia dice que el 50% de la felicidad se debe a factores genéticos, un 10% a las circunstancias vividas y un 40% a la actividad emocional. Partiendo de estos datos, podemos plantear la hipótesis de cómo, pese a unas circunstancias difíciles y la carga genética, todavía nos queda un 40% de margen, el correspondiente a la actividad emocional, que podemos aprender a controlar. Poseemos pues un increíble potencial de mejora de la dicha y el bienestar, que depende exclusivamente de nuestros pensamientos y actos, pues la felicidad está en lo que somos, y no en lo que tenemos. www.carloshidalgo.es

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