CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Atiquifobia

Atiquifobia Gracias a los últimos avances en neurociencia, sabemos que fallar, equivocarse o frustrarse, por paradójico que resulte, es oportuno para que el cerebro mejore o se desarrolle, usando la capacidad innata que tiene de plasticidad cerebral. Al parecer, cometer un error hace que nuestro sistema nervioso se sienta incómodo, y esa molestia incita al cerebro a buscar una manera distinta de hacer las cosas, provocando reacciones químicas a nivel neuronal. Dicho de otra forma, conviene tener paciencia para soportar la incomodidad que provoca tener una equivocación, debido a que nuestro desarrollo cerebral en parte se produce cuando rastrea una manera diferente de hacer las cosas, generando más conexiones neuronales. Así que, lejos de querer tener una vida sin errores o desaciertos, es útil estar abierto al equívoco, porque estar incómodo estimula el progreso a nivel cerebral. La verdad es que la desazón que se produce cuando uno comete un error, es un sentimiento presente en la mayoría de las personas. El problema viene cuando este temor se convierte en irracional, paralizando a quien lo sufre. Eso es lo que sienten los diagnosticados con atiquifobia, un miedo persistente, anormal e injustificado a cometer errores condicionando su calidad de vida. Esta fobia suele tener su origen en algún trauma vivido en el pasado, en el que el fracaso estuvo presente, como experimentar una situación vergonzosa o humillante, que se ha quedado grabada en la memoria de forma negativa. Otra causa también puede ser tener una baja autoestima, ser perfeccionista o haber tenido unos padres muy exigentes. Para superarlo, la persona debe asimilar que sufrir un revés forma parte del crecimiento personal. Es decir, admitir que el error es parte de la vida, siendo conscientes de que, si se afronta cualquier tarea con una actitud positiva, se aumenta la probabilidad de que concluya con éxito. Como opina la célebre escritora J. K. Rowling: “Es imposible vivir sin fallar, a menos que se viva con tanto cuidado, que no se viva en absoluto, por lo que en este caso se habrá fracasado por defecto”. www.carloshidalgo.es

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