¿RACISMO EN EL FÚTBOL?
El pasado domingo asistimos a una imagen que ha dado la vuelta al mundo: Alves comiendo el plátano que le tiraron desde la grada del Madrigal. En esta temporada ya es la segunda vez que el submarino amarillo sale en las noticias, y no sólo por su buen fútbol. El pasado mes de febrero fue el bote de gas lacrimógeno y ahora el plátano. Demasiado castigo para un público y una afición que se caracteriza por el respeto al contrario y por su tranquilidad. Es una evidencia que ni el sujeto que lanzo el bote de gas, ni el personaje que el domingo pasado lanzó el platano representan ni al club, ni a la afición, ni al fútbol español. Consideramos que el gesto de Alves al aplicar el sentido del humor es admirable, pero sus comentarios posteriores no. Alves considera que España se vende como un país del primer mundo, pero en algunas cosas estamos muy atrasados; que hay mucho racismo en cuanto a los extranjeros. El jugador blaugrana también opina sobre la sanción que él mismo impondría al malhechor: “Si pudiera, pondría la foto del seguidor en Internet para que pasara vergüenza. No saldría del estadio”. Toda esta inquina aparecida despues del gesto lo desluce. La acusación de racismo sobre la afición española constituye un injusto acto de fanatismo. El error de unos pocos no debe ser generalizado a una mayoría de aficionados que, por norma, suele tener una actitud correcta. De hecho, muchos jugadores de raza negra que forman parte del fútbol español niegan haberse sentido menospreciados por el color de su piel. www.carloshidalgo.es