Pintura rupestre destrozada
El fin de semana pasado, un grupo de visitantes que se encontraba en la cueva de Los Escolares de Santa Elena (Jaén), se percataron de que en el suelo del abrigo prehistórico había polvillo y lascas. La pintura rupestre fue descubierta hace 40 años, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad, como parte del arte rupestre del arco mediterráneo. Por lo visto, unos ladrones han intentado arrancarla con un pico y un cincel. La cueva, pequeño hueco en la roca de metro y medio de ancho y alto, en sus 6.000 años de antigüedad ha resistido invasiones, guerras, inclemencias, riadas, incendios e incluso alguna glaciación, pero no ha podido superar la necedad humana. En la pintura, dañada de manera irreparable, se distinguía un dibujo antropomórfico de una golondrina con los brazos muy prolongados propios del periodo esquemático. Carlos Cipolla, humanista italiano, exploró el controvertido tema de la estupidez humana formulando su famosa Teoría de la Estupidez, expresada por primera vez en su libro Allegro ma non troppo (1988). Así, pueden establecerse cuatro categorías morales. Primero, están los buenos cuyas acciones logran ventajas para sí y para los demás; luego, los incautos, que pretenden obtener ventajas para sí pero lo que hacen es proporcionárselas a los otros. En tercer lugar, están los malos, que obtienen beneficios a costa del daño de otros. En cuarto lugar, se encuentran los estúpidos que lo único que consiguen es perjuicio tanto para ellos como para los demás. Hay muchos más estúpidos que buenos, malos o incautos. Y encima son más peligrosos porque el malo descansa de vez en cuando, pero el estúpido jamás.