CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Adoratio

 

Adoratio

La pasada semana, en su visita al Santuario de Loreto en Ancona (Italia), el Papa Francisco protagonizó una escena que está dando la vuelta al mundo y que se ha convertido en un video viral en muy poco tiempo. Aunque en un primer momento puede parecer un ademán descortés al impedir que varias personas le besen el anillo, la realidad es que Francisco realiza el gesto basado en la sumisión y la humildad. Desde el principio de su pontificado el Papa ha intentado erradicar de la Iglesia gestos jerárquicos buscando siempre vivir con modestia. Entre otros cambios destaca el uso de zapatos negros básicos frente a los tradicionales rojos cosidos a mano, utilizar la misma cruz de metal que cuando era cardenal frente a la de oro y piedras preciosas de su antecesor y cambiar el trono dorado por una silla de madera. El anillo del pescador es el que usa el Papa como sucesor del apóstol San Pedro. Cada sumo pontífice porta un anillo hecho con los restos del usado por el anterior, en el que se grabará un nuevo sello. Francisco es el primero que lo usa de plata dorada, frente a la costumbre del oro de sus predecesores. La adoratio (rito de un súbdito de besar el anillo de una divinidad) es algo odiado por Francisco desde siempre, por eso no permite que nadie realice una genuflexión mientras le besa el anillo. Es un acto que confirma su humildad pues él, según sus palabras, no porta el anillo como signo de autoridad, sino como señal de servicio a Dios. Y es que el recato y la austeridad del Papa producen elogios hasta entre los más escépticos, quizá porque sorprende ver a un Sumo Pontífice alejado de la pompa que rodea la curia vaticana. Ya sus primeras palabras, a los pocos minutos del “habemus papam”, fueron una declaración de intenciones: “Soy un pecador, pero acepto”. www.carloshidalgo.es

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