Síndrome Hikikomori
El término Hikikomori fue acuñado por el psicólogo japonésTamaki Saito, para referirse a ese aislamiento social o auto-reclusión voluntaria observado en muchos jóvenes del país del sol naciente. La palabra Hikikomori deriva del verbo hiki, que podría traducirse como retirarse o atrincherarse, y de komoru, que significa entrar. Técnicamente se consideran Hikikomoris aquellas personas que permanecen en sus casas voluntariamente durante un período mínimo de seis meses, saliendo sólo para lo esencial. Un reciente estudio ha concluido que este tipo de reclusión ya no es exclusivo del país nipón pues se ha extendido al resto del mundo, incluida España, donde se le conoce como Síndrome de la Puerta Cerrada. Este síndrome, que obedece tanto a factores personales como sociales, afecta fundamentalmente a jóvenes adolescentes sensibles, pusilánimes, introvertidos, medrosos, con pocos amigos y con una percepción del mundo exterior como algo hostil. Por lo visto, el confinamiento forzado a causa del COVID-19, ha aumentado el distanciamiento social haciendo que muchos jóvenes sigan encerrados de forma voluntaria. Su vida se desarrolla en una habitación teniendo como única ventana al mundo la pantalla del ordenador. Al principio se pensó que el perfil era el de un joven varón adicto a los videojuegos y al manga, pero la realidad nos dice que este problema se ha extendido a un sector mas amplio de la población afectando también a adultos y personas mayores. Poco a poco, la infelicidad y la desesperanza hacen tal mella en el individuo que, invadiéndoles la tristeza y la ansiedad, evitan asumir cualquier tipo de compromiso (estudio, trabajo o amigos). La clave para romper este círculo vicioso es reintegrarse en la sociedad, reto difícil porque la mayoría no suele pedir ayuda por vergüenza. Afortunadamente, algunos de estos ermitaños viven conectados a internet y están dispuestos a recibir terapia psicológica online como un paso decisivo para que coger confianza y aprender habilidades sociales que les hagan salir de su aislamiento. www.carloshidalgo.es