EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 4/09/2022
Plan B: ¿si o no?
Para mucha gente, septiembre es el verdadero año nuevo, porque es cuando en realidad nos incorporamos a la rutina, comenzando los proyectos y planes de los próximos meses. Por ello, es un buen momento para empezar con los buenos propósitos que suelen prometerse a partir del siete de enero. Con el fin de conseguir la meta esperada, es necesario contar con un plan de acción (plan A). Siempre se ha dicho que la vida es un constante aprendizaje, por lo que, si fracasa el plan A, tenemos todo un abecedario detrás. Sin embargo, una reciente investigación ha demostrado que, a veces, es un inconveniente tener un plan B, pues influye en la perseverancia con la que se persigue el primer objetivo. Los experimentos realizados han demostrado que las personas que no tienen un plan B, se esfuerzan mucho más en la consecución del objetivo principal, pues tener un plan secundario crea una especie de profecía autocumplida y una pérdida de motivación al perder el foco del objetivo. No obstante, tampoco parece demasiado conveniente ir por la vida sin tener un plan alternativo, un “por si acaso”. De hecho, es una realidad que disponer de ello reduce la ansiedad sobre el futuro. Por lo tanto, es importante analizar cada caso en particular. Cuando el azar tiene un peso específico muy importante en la consecución de nuestro objetivo, el miedo o la desazón debida a la incertidumbre puede ser paralizante, por lo que sería conveniente contar con un plan alternativo. En cambio, cuando nuestra meta depende sobre todo de la tenacidad y la motivación, quizá sería mejor no diseñar ningún plan B y actuar sin red, pues es más probable que se tire la toalla. Como Hernán Cortés, que hundió toda su flota nada más llegar a Veracruz, mandando un claro mensaje a los hombres que dudaban del éxito de la conquista de Mexico: no hay plan B. www.carloshidalgo.es