EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo de opinión 5/12/2021
LA PROMESA
La semana pasada falleció a los 96 años Justo Gallego, el albañil que dedicó su vida a construir una catedral en Mejorada del Campo. A los 27 años contrajo tuberculosis, enfermedad que casi provoca su muerte. Persona de gran fe, convencido de que la Virgen del Pilar le había curado, prometió dedicarle una catedral. Dicho y hecho. Al recobrar la salud, decidió convertir un terreno de su familia en un lugar de culto. En lo que antes era un olivar, 60 años después, se erige hoy una catedral, en 4.700 metros cuadrados, de 35 metros de altura, con 12 torreones, 28 bóvedas y 2.000 vidrieras. Impresiona más saber que Justo no tenía ningún estudio sobre arquitectura (era albañil), ni usaba plano alguno, pues todo lo hacía de manera improvisada. Ladrillos defectuosos, latas, restos de neumáticos y otros desechos son el principal material del que está hecha la catedral. Para conseguir financiar su obra vendió tierras de cultivo de la familia, a la vez que recibía diferentes donaciones. A pesar de haber celebrado alguna ceremonia religiosa, el suelo sigue sin estar consagrado. Desde Mejorada del Campo se lucha por convertir esta obra en un Bien de Interés Cultural (BIC), existiendo un plan por el que, mediante su aprobación, la obra puede obtener el permiso para legalizarse, evitando así su derrumbe. Antes de morir, Justo pidió a sus allegados que le dieran su palabra de honor para que hicieran todo lo posible por terminarla. La misma palabra que él dio a la Virgen prometiéndole el templo. En verdad, todos tenemos objetivos, pero con frecuencia son ensoñaciones poco definidas y sin un plan específico. Sin embargo, pocos tienen una meta tan concreta como la de Justo, acompañada de un plan de actuación tal que se esté dispuesto a pelear hasta el final para conseguirla. Y es que establecer una meta contribuye a que las personas tengamos un propósito en la vida. www.carloshidalgo.es