CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

LA ANOSMIA

ANOSMIA

No es necesario tener conocimientos científicos para saber la importancia que tienen los sentidos en nuestra vida. Toda la realidad que percibimos llega a nosotros a través de estas vías y si alguna de ellas falla, notaremos una gran merma en nuestra vida. Se conoce como anosmia a la discapacidad sensorial que acarrea una pérdida o disminución del olfato. Las personas que padecen esta condición médica también tienen problemas con el gusto, pues ambos sentidos están muy relacionados. En verdad el olfato es uno de los sentidos más importantes que existe. No en vano, todos sabemos la relación directa que hay entre el comportamiento sexual y el olor (feromonas), hasta tal punto que gran parte del atractivo entre hombres y mujeres parece que depende del olor que desprenda el otro mas que de la vista. Incluso las madres pueden diferenciar el olor firma de sus bebés de igual forma que los bebés, por su parte, ya desde los primeros meses de vida, son capaces de reconocer a su madre por el olor. Una investigación realizada por el Instituto de la Ciencia de Israel, ha descubierto que la primera asociación de un objeto con un olor tiene una representación cerebral única. Esta capacidad para recordar olores concretos es sorprendente pues hay que tener en cuenta que las neuronas del epitelio olfatorio tienen una vida media de 60 días y, tras su muerte, son reemplazadas por otras células nerviosas que deben establecer de nuevo las sinapsis. Una precisión extrema en el recambio celular permite que los recuerdos no desaparezcan y queden grabados en el cerebro. De ahí la capacidad del olfato para traer recuerdos porque, con su poder evocador, tienen la capacidad de generarlos. Afortunadamente, se han comenzado a realizar rehabilitaciones olfativas a personas con anosmia, donde se les “enseña” a oler a base de textura, color y recuerdos, para así por lo menos crear una ilusión olfativa. www.carloshidalgo.es

 

 

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