CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Il grande torino

Il GRANDE TORINO

Ayer se cumplieron 70 años del accidente de avión en el que desapareció el Torino, el mejor equipo del continente de su época. En ese momento llevaba cuatro scudettos consecutivos y era líder destacado de la liga italiana. Tal era su dominio que la Federación le otorgó el campeonato a título póstumo, convencida por los propios rivales deportivos. Aquel equipo, conocido como Il Grande Torino, era tan excepcional que formaba la base de la selección italiana, cuyos diez titulares de campo eran jugadores del Torino, excepto el portero que era de la Juventus. Aquel 4 de mayo de 1949 el piloto había comunicado a la torre de control que el avión estaba alineado con la pista del aeropuerto y que, pese a la falta de visibilidad, pronto aterrizaría en Turín. Pero el avión estaba alineado con la colina Superga que da nombre a la basílica. El impacto contra la base de la iglesia fue brutal, desintegrándose la mitad de la aeronave y pereciendo los 31 ocupantes. Del Torino se salvó un futbolista, Sauro Toma, que no había viajado por lesión. El sentido de culpabilidad por no estar en aquel avión le perduró toda la vida. En el 90% de los casos en los que hay una muerte y alguien sobrevive, la persona que lo hace siente culpa. Esto, conocido como síndrome de culpa del sobreviviente es irracional, porque todo es cuestión de suerte y no hay nada que la persona hubiera podido hacer, a pesar de lo cual el superviviente siente que no tiene derecho a vivir. El síndrome de culpa se ve comúnmente en veteranos de guerra, receptores de trasplantes de órganos y sobrevivientes de accidentes o desastres naturales. Otra situación quizá menos conocida se da al sobrevivir a la muerte de la madre en el alumbramiento o la muerte de un hermano al nacer, como le ocurrió a Elvis Presley al morir su gemelo en el parto. www.carloshidalgo.es

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