CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

El Reloj del Juicio Final

EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 22/10/2023

El Reloj del Juicio Final

El Reloj del Juicio Final, también conocido como Doomday Clock, está haciendo tic-tac desde hace 76 años, intentando medir lo cerca que está la humanidad de destruir el mundo. Creado en 1945 por iniciativa del Boletín de Científicos Atómicos, compuesto por Albert Einstein y otros académicos entre los que se encontraban once premios Nobel, este Reloj es la metáfora que se utiliza para referirse al riesgo de una catástrofe global, que podría poner fin a la humanidad o causar un daño irreparable a la civilización. El reloj se ha ajustado varias veces, a lo largo de estos años, para reflejar cambios en las amenazas al planeta y, cuanto más cerca estén las agujas a la medianoche, mayor riesgo de hecatombe. En enero, debido a la guerra de Ucrania, se adelantó 10 segundos para quedarse a solo 90 segundos de la medianoche. Ahora, con el conflicto surgido en Oriente Medio, esta herramienta simbólica, destinada a concienciar sobre los peligros a los que se enfrenta el mundo, y alentar a la acción para prevenir su destrucción, dará otra vuelta de tuerca acercándonos unos segundos más al apocalipsis. La peor situación vivida ocurrió en 1953, cuando el reloj se quedó a dos segundos para la medianoche, en una tensa etapa de la Guerra Fría en la soviéticos y estadounidenses realizaron pruebas con armas termonucleares, bombas de Hidrógeno de 57 megatones, que tenían una potencia 4.000 veces superior a la lanzada sobre Hiroshima. Aunque no es una predicción científica exacta, sino una expresión de la preocupación sobre el estado del mundo en términos de seguridad global y sostenibilidad, los cuatro factores que más influencia tienen en el funesto pronóstico son la amenaza nuclear, el cambio climático, los desarrollos tecnológicos peligrosos y los conflictos internacionales. Millones de personas vieron una manzana caer, pero Newton fue el único que se preguntó por qué. Esperemos que, entre tantos millones de personas, haya alguien que pare el avance de las manecillas del reloj, porque mientras los necios deciden, los inteligentes deliberan. www.carloshidalgo.es

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