CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La soledad

La soledad, un mal de nuestro tiempo Existen diferentes causas que pueden producir una gran dosis de sufrimiento pero pocas tan dolorosas como la soledad. En psicología se considera que alguien está solo cuando no mantiene comunicación con otras personas o cuando percibe que sus relaciones sociales son pobres o no satisfactorias, lo que lo distingue del aislamiento social. La soledad refleja una percepción del individuo respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta sea escasa o porque las relaciones sean demasiado superficiales. Sin embargo, el aislamiento social se presenta cuando una persona se aleja totalmente de su entorno de manera involuntaria, condición que suelen darse en personas que han padecido algún hecho traumático en su vida, como haber sido víctima de bullying, algún abuso o padecer una depresión. Se podría decir que existen tres características que definirían la soledad: es el resultado de relaciones sociales deficientes, es una experiencia subjetiva pues uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo y, por último, genera angustia y tristeza. Y es que, aunque sea una verdad incómoda, estamos en una sociedad egoísta e individualista llena de gente sola o que se siente así. Sirva de botón de muestra la loable iniciativa de un joven estadounidense en paro que decidió ocupar su tiempo en escuchar todo lo que la gente quisiera contarle. Con tal fin colgó un video en la Red, titulado “A pesar de no conocerte, me importas”, ofreciendo su escucha a todo el que le llamara. Al joven se le colapsó el terminal al recibir más de 5.000 mensajes y llamadas en un par de días. Y es que somos seres sociales que necesitamos de los demás. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la interrelación con las personas que nos rodean. www.carloshidalgo.es      

cuando los cambios nos superan

Cuando los cambios nos superan En ocasiones, los cambios que se producen en la vida pueden desestabilizar y producir un gran malestar. En psicología a esto se le conoce como trastorno adaptativo, esto es, un estado emocional que puede ser depresivo, ansioso o mixto, producido por una situación que cambia el equilibrio de la persona y que supone un factor estresante para ella. Estos factores estresantes pueden ser de diversa índole: cambio de vivienda, de ciudad, ruptura de una relación, nacimiento de un hijo, un ascenso … El factor común en todos estos casos es el cambio de situación ante el cual la persona responde de forma exagerada o dramática, es decir, sobredimensiona los efectos negativos del cambio, aún cuando racionalmente se sabe que lo que ha sucedido sea para mejorar la situación. Para que se produzca un trastorno adaptativo debe darse, o bien tener un factor de vulnerabilidad al cambio, o bien muchos cambios relativamente importantes en un corto espacio de tiempo. Los síntomas típicos del trastorno son desmotivación, apatía, alteraciones en el sueño, desajustes del estado de ánimo, irritabilidad o sentimientos de inutilidad. Esos cambios suelen provocan el aumento de conflictos en la red social de la persona e incluso en el terreno laboral, disminuyendo así la calidad de vida. Para que esto no ocurra conviene desdramatizar las situaciones y relativizar las dificultades puesto que, con frecuencia, hay una tendencia a centrarse en lo negativo. El paso final es afrontar la situación y realizar actividades, pues quedarse inactivo dejando el tiempo pasar no soluciona nada. Si bien el tiempo puede ser un gran aliado, lo que verdaderamente importa es lo que se haga en ese tiempo. Por ello la clave de la superación está en uno mismo, en cómo aprovechar esas experiencias difíciles para dar un salto como personas. Por eso hay que forzarse a hacer cosas, aún con falta de ganas. www.carloshidalgo.es      

Buena o mala suerte

Buena o mala suerte Comúnmente existe la creencia extendida de que para tener éxito es necesario tener talento y trabajar duro. Sin duda, ser perseverante, listo e imaginativo influye, pero no tanto como los golpes de suerte ya que una investigación asegura que la suerte es el factor mas influyente en el éxito. Por ejemplo, conocer casualmente a una persona muy influyente en nuestra línea laboral es mucho mas beneficioso que todo lo demás. Y viceversa, tener un accidente o padecer una enfermedad restará posibilidades de éxito. En este punto, conviene recordar un cuento que nos enseña que todo lo que a primera vista puede ser un contratiempo con el tiempo puede resultar beneficioso. La historia habla de un anciano labrador, viudo y pobre, que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo se escapó. Los vecinos se acercaron a su granja diciéndole: ¡Qué mala suerte, tu único caballo se ha escapado! A lo que el anciano replicó: Mala suerte o buena suerte, quién sabe. Unos días más tarde, el caballo volvió trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos acudieron a felicitar al labrador diciéndole: ¡Qué buena suerte que tu caballo regresara y además trajera consigo un montón más! El labrador respondió:¿Buena suerte o mala suerte, quién sabe. El hijo del labrador, intentando domar uno de aquellos caballos salvajes, se rompió una pierna. De nuevo los vecinos fueron a decirle al anciano: ¡Qué mala suerte, que tu hijo se ha roto la pierna! Y el labrador dijo: Mala suerte o buena suerte, quién sabe. Una semana más tarde, el país entró en guerra y fueron reclutados todos los jóvenes varones excepto el hijo del labrador que, con la pierna rota, se libró. La buena o mala suerte depende en parte de nuestra actitud a la hora de hacer frente a las situaciones.  www.carloshidalgo.es          

La manada

LA MANADA En boca de todos está el irritante resultado de la suave sentencia a “La Manada” por la violación grupal a una joven en San Fermín el año pasado. Analizando los “whatsapps” y los ritos de estos asaltantes, se observa en ellos un perfil claro de psicópatas y depredadores. Cuatro de los cinco condenados han sido acusados también de haber abusado en Córdoba de otra chica a la que previamente habían drogado. Estos hechos salen a la luz gracias a que, no sólo grababan en vídeo los ataques, sino que los comentaban y compartían con amigos. Los términos que empleaban en estas conversaciones desvelan que detrás de sus agresiones se esconde un comportamiento psicopático. Así, todo indica que los autores tienen una actitud primitiva y animal, obsesionados por pertenecer a un grupo violento que refuerce su identidad y para quien el sexo es un elemento con el que humillar a su víctima. Ya para empezar, poner el nombre de Manada en su foro muestra mucha simbología sobre lo que son: un grupo de animales que se cohesiona a través de actuaciones violentas y delictivas. No en vano, uno de los agresores tiene tatuada la frase: “El poder del lobo reside en la manada”. Efectivamente, eso les define como animales salvajes y sin escrúpulos que no dudan en utilizar Burundanga (droga que anula la voluntad) para dominar mediante el engaño, como un depredador. Ante este panorama no es de extrañar la respuesta espontánea y multitudinaria en forma de rechazo a la sentencia. Una violación no se puede medir en función del grado de violencia, sino en base al consentimiento. El bloqueo de la víctima ante una agresión de este calibre es la manera de reaccionar nuestro cuerpo para tratar de sobrevivir y minimizar el impacto del suceso amenazante. A este paso, se va a tener que enseñar un protocolo de la buena víctima en una violación. www.carloshidalgo.es

La infidelidad mas dolorosa

La infidelidad más dolorosa Una de las principales causas de los divorcios es la infidelidad, por motivos obvios. Este acto genera un gran daño psicológico que perdura mucho tiempo provocando ansiedad y depresión. Además, conlleva la pérdida de confianza, un proceso de duelo y una perturbación significativa en el apego, deteriorando la relación. Recientemente, se han realizado estudios con el fin de evaluar la diferencia que hay entre una infidelidad con relación íntima (sexual), o bien una infidelidad emocional, intentando descifrar cual de ellas es más dolorosa. La infidelidad basada sólo en el acceso carnal suele excusarse como un hecho puntual, un desliz, que se genera a partir de la necesidad del infiel de sentirse deseado o por la mera búsqueda del placer. Con frecuencia esta infidelidad es esporádica, se perdona mas y se supera antes. Sin embargo, en la infidelidad emocional se crea un lazo afectivo produciéndose una especie de enamoramiento o de amor platónico. Platón creía que el amor es la motivación que nos lleva a intentar contemplar la belleza en sí, bien sea belleza física o espiritual. Por lo tanto, se entiende por amor platónico a aquel que se idealiza sin haber contacto sexual. Coloquialmente, se dice que el amor platónico es el sentimiento romántico que se tiene por una persona y que resulta inalcanzable. Curiosamente, los resultados de los estudios aseguran que la infidelidad emocional es la más dolorosa de las infidelidades, ya que al percatarnos de que la persona con la que había un lazo afectivo se ha vinculado con otra persona suele afectar mas a la pareja. Y esto es así con mas frecuencia en las mujeres pues priorizan el valor de las emociones sobre el del deseo, mientras que, para los hombres, la infidelidad carnal es la más dolorosa ya que afecta al orgullo y al sentido de pertenencia de la pareja. www.carloshidalgo.es    

YIP Y CONTUMACIA

YIP  Y  CONTUMACIA Se podría definir literalmente el término Yip como espasmo involuntario que interfiere en la ejecución de un movimiento que requiere una gran coordinación motora. Normalmente, cuanto más tiempo se dedica a pensar sobre cómo se va a ejecutar una acción, más probable es que se produzca un Yip. Esto es así porque se pone una especial atención a si se está realizando de forma correcta el movimiento, con lo que deja de ser una respuesta automática por parte del cerebelo pasando a ser una respuesta consciente difícil de controlar por el cerebro. El Yip suele aparecer en deportes que requieren precisión antes de su ejecución, como en el caso de los dardos, el tiro con arco o el golf. Esta podría ser una de las causas de lo que le ocurrió a Sergio García hace unos días en el Master de Augusta, cuando firmó el peor hoyo (el 15) en la historia del Masters,  realizando un óctuple bogey (ocho sobre par), cayendo en el agua cinco veces consecutivas. No se si el Yip tuvo la culpa,  lo que si es seguro es que el bueno de Sergio fue contumaz. El término Contumacia deriva del Latín jurídico (contumace) y literalmente significa obstinación. Es decir, la actitud que consiste en mantener una postura errónea de manera insistente. En este sentido es un vocablo que expresa empecinamiento pero de manera negativa, pues se emplea en aquellas situaciones en las que alguien no reconoce su equivocación, sino que mantiene su postura de manera vehemente. Y eso le ocurrió en el torneo pues una y otra vez el golfista repetía el golpe con el mismo funesto resultado. “Son cosas desafortunadas que ocurren”, dijo García. Como quiera que sea, no hay hombre mas sabio que aquel que pone en práctica lo que ha aprendido de sus errores; y Sergio es un tipo sapiente. www.carloshidalgo.es  

La maldición del ascenso

La maldición del ascenso En 1969, el psicólogo canadiense Laurence Peter escribió el libro El Principio de Peter, donde explicaba que una de las claves del mal funcionamiento de algunas empresas es la tendencia a recompensar a los empleados eficientes con ascensos. Dice este principio que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia, por lo que con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones. Este hecho, con frecuencia, acarrea dos consecuencias indeseadas. Por un lado, quien había sido eficaz en su puesto anterior no funciona tan bien en su nuevo puesto. Y, por otro, el empleado sufre un descontento y una frustración tal que observa el premio mas como una maldición que como una recompensa. Esto hace que cada vez más trabajadores vean la promoción laboral como un arma de doble filo. De hecho, investigaciones recientes confirman que ni el ascenso es el premio ideal para todo el mundo, ni todo el mundo quiere ser ascendido. Así, se calcula que el 66% de los trabajadores no quiere promocionar en el trabajo. Entre los motivos que se esgrimen destaca la creencia de que ese ascenso va a suponer un incremento de trabajo y responsabilidades que no va a ser compensado económicamente. Por todo lo comentado, el efecto del Principio de Peter puede ser muy negativo para la eficiencia de cualquier empresa u organización puesto que, como consecuencia de lo que el principio manifiesta, muchos puestos directivos son ocupados por personas que no tienen la suficiente cualificación para su trabajo, lo que les conduce a graves errores en las decisiones. Tanto es así, que se ha constatado mas acierto en las elecciones cuando se ha promocionado aleatoriamente o con una moneda al aire, que cuando se ha hecho caso a un directivo. www.carloshidalgo.es  

El efecto del falso consenso

El efecto del falso consenso Todos estamos consternados por la convulsa semana que hemos pasado con el asesinato del pequeño Gabriel. Este abyecto acto protagonizado por la pareja del padre ha reabierto el debato sobre la derogación de la ley de prisión permanente revisable. Unos abogan que sería bueno mantenerla en los casos excepcionales de asesinatos graves o terrorismo, y otros en cambio argumentan que con el aumento de la pena hablamos más de venganza que de justicia. Sea como sea, tanto en este caso como en otros, con frecuencia decimos que “la mayoría de la gente piensa que…”, para luego acompañarlo de alguna idea que en realidad es nuestra opinión. A esto, que en psicología se llama el sesgo del falso consenso o instinto de la manada, hace referencia a nuestra tendencia a sobreestimar el grado de acuerdo que los demás tienen con nuestras ideas, actitudes y comportamientos. En otras palabras, tendemos a pensar que nuestros hábitos, preferencias y opiniones son compartidas por la mayoría de personas. Evidentemente, se trata de una creencia errónea que maximiza artificialmente la confianza que tenemos en nosotros. Por ejemplo, los yihadistas son conscientes de que no todo el mundo comparte su visión del mundo pero, cuando son víctimas del falso consenso, tienden a sobreestimar el número de personas que comparten realmente sus valores. Otro estudio ha demostrado que los abstemios piensan que un alto porcentaje de la población no bebe alcohol, al igual que los bebedores piensan que a todo el mundo le gusta una cervecita o un vaso de vino. Este sesgo tiene como objetivo mantener una valoración positiva de nosotros mismos. Es decir, si creemos que nuestra autoestima está siendo amenazada o si queremos reforzar alguna idea sobre la cual no nos sentimos particularmente seguros, tendemos a pensar que muchas otras personas siguen nuestros pasos. De esta forma nos damos confianza y mantenemos nuestro equilibrio psicológico. www.carloshidalgo.es

El efecto del falso consenso

El efecto del falso consenso Todos estamos consternados por la convulsa semana que hemos pasado con el asesinato del pequeño Gabriel. Este abyecto acto protagonizado por la pareja del padre ha reabierto el debato sobre la derogación de la ley de prisión permanente revisable. Unos abogan que sería bueno mantenerla en los casos excepcionales de asesinatos graves o terrorismo, y otros en cambio argumentan que con el aumento de la pena hablamos más de venganza que de justicia. Sea como sea, tanto en este caso como en otros, con frecuencia decimos que “la mayoría de la gente piensa que…”, para luego acompañarlo de alguna idea que en realidad es nuestra opinión. A esto, que en psicología se llama el sesgo del falso consenso o instinto de la manada, hace referencia a nuestra tendencia a sobreestimar el grado de acuerdo que los demás tienen con nuestras ideas, actitudes y comportamientos. En otras palabras, tendemos a pensar que nuestros hábitos, preferencias y opiniones son compartidas por la mayoría de personas. Evidentemente, se trata de una creencia errónea que maximiza artificialmente la confianza que tenemos en nosotros. Por ejemplo, los yihadistas son conscientes de que no todo el mundo comparte su visión del mundo pero, cuando son víctimas del falso consenso, tienden a sobreestimar el número de personas que comparten realmente sus valores. Otro estudio ha demostrado que los abstemios piensan que un alto porcentaje de la población no bebe alcohol, al igual que los bebedores piensan que a todo el mundo le gusta una cervecita o un vaso de vino. Este sesgo tiene como objetivo mantener una valoración positiva de nosotros mismos. Es decir, si creemos que nuestra autoestima está siendo amenazada o si queremos reforzar alguna idea sobre la cual no nos sentimos particularmente seguros, tendemos a pensar que muchas otras personas siguen nuestros pasos. De esta forma nos damos confianza y mantenemos nuestro equilibrio psicológico. www.carloshidalgo.es

Por trece razones

Por trece razones Por trece razones (13 reasons why) fue sin duda una de las series más vistas del pasado año. Ambientada en un instituto norteamericano, versa sobre los típicos problemas de los adolescentes, pero focalizando la atención en la parte amarga del acoso escolar, del bullying. En las primeras secuencias de la serie se descubre que la protagonista se suicidó, y que lo que vamos a ir viendo en los distintos capítulos son las razones que le llevaron a hacerlo. Antes de morir, grabó en varias cintas las 13 razones por las que lo hizo. Cada una de estas cintas está dedicada a una persona que hizo algo que propició su suicidio, encargándose también de que las grabaciones lleguen a los culpables. Sin duda la adolescencia es el período más difícil en la madurez del ser humano. Es un momento de cambios en todos los planos, desde las responsabilidades hasta la diversión. En esta etapa todo gira en torno a las personas con las que uno se relaciona, a la aceptación y a la búsqueda de la identidad. Al igual que Hannah, la protagonista de la serie, muchos jóvenes se van desilusionando progresivamente, apoderándose de ellos una sensación de soledad y un sentimiento de desesperación que, en ocasiones, hace que no se vea otra salida que el suicidio. Porque los jóvenes que padecen acoso escolar, tras recibir un número considerable de ataques a la autoestima y de humillaciones, tienen un daño psicológico tal que probablemente les provoque depresión y/o un trastorno de ansiedad en la adultez. Lo que nos plantea la serie no es la gravedad de cada uno de los hechos, sino las consecuencias de una serie de acciones. Y es que hemos de tener cuidado con nuestros actos pues, en verdad, nadie sabe con seguridad el impacto que tiene sobre la vida de los demás. www.carloshidalgo.es