La peregrinación de Les Useres
Este fin de semana, correspondiendo con el último viernes del mes de abril, 12 peregrinos y un Guía han caminado durante 30 km. desde Les Useres hasta la ermita de Sant Joan de Penyagolosa, pidiendo salud, lluvia y paz, para volver al día siguiente. La caminata atraviesa por distintas fases y, en cada una de ellas, els pelegrins experimentan un abanico de emociones que van desde la expectativa y el miedo inicial, hasta la euforia y el alivio al alcanzar el destino. Antes de iniciar la peregrinación, y por la presión de cumplir con las exigencias de un rito iniciado en el siglo XIV, els pelegrins sufren ansiedad e incertidumbre. Pero, el apoyo de la comunidad y la existencia de rituales previos, ayudan a canalizar estas emociones, transformando la tensión inicial en una expectativa positiva que les impulsa a comenzar el camino con determinación. El silencio que mantienen durante todo el recorrido cumple una función psicológica determinante, pues la ausencia de palabras les obliga a estar presentes en cada paso, sintiendo el esfuerzo físico, la respiración, el entorno y las emociones que van surgiendo en el camino. Independientemente de las creencias religiosas de cada uno, gracias a las letanías, rezos y cantos, los peregrinos entran en un estado de concentración que favorece la introspección y el contacto con la propia espiritualidad, aportando la fuerza necesaria para hacer frente a unas condiciones austeras y exigentes. En definitiva, la peregrinación, más allá de un recorrido geográfico, es un viaje hacia el interior, una experiencia psicológica que fortalece la resiliencia, fomenta el autoconocimiento y refuerza la conexión con la comunidad y la espiritualidad. www.carloshidalgo.es