CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La falacia del quietismo

EL PERIÓDICO MEDITERRÁNEO Artículo opinión 1/05/2022

La falacia del quietismo

Mucha gente cree que cuando, en medio de una discusión, se da la callada por respuesta, es porque se entiende que se está de acuerdo con lo planteado. Por ejemplo, se puede pensar que, si una persona en una conversación no se pronuncia en contra del castigo físico en el colegio, es porque está a favor. A esto se le conoce como la falacia del quietismo. Una falacia es una inferencia no válida de la realidad que se usa para justificar una postura. La falacia del quietismo, también conocida como falacia de la reserva, se basa en la idea deque el que calla, otorga. Quien recurre a esta falacia sostiene que la persona que no argumenta, no se defiende o no interviene, es porque está de acuerdo con la idea planteada. De hecho, es un tipo de argumentum ad ignorantiam, pues se asume que el silencio y el quietismo son una prueba de consentimiento. Evidentemente, no es así. No siempre el que calla otorga. Tan solo calla. Porque no todos los silencios son sinónimos de claudicación o aceptación. De hecho, en ocasiones, el silencio es el recurso comunicativo más inteligente, pues hay momentos en que se opta por el silencio porque nos damos cuenta de que nos encontramos en un diálogo sin utilidad, ni trascendencia. Otras veces, nos inclinamos por guardar silencio para conservar la calma. Y es que, no hablar, no expresar o no actuar, revela en realidad un significado que no todos aprecian, y menos aún comprenden. Diferentes trabajos aseguran que buena parte de los silencios son comunicativos, es decir, trasmiten un mensaje. Sin embargo, en esta sociedad, habituada a hablar en exceso para no decir nada, quien opta por la imperturbabilidad, para muchos, demuestra debilidad. Pero como dijo Mariano José de Larra: El auténtico talento no consiste en saber lo que se ha de decir, sino en saber lo que se ha de callar”. www.carloshidalgo.es

Deja un comentario

× Contacta