CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

Solo quería ayudar

La pasada semana, una mujer viajó en autobús hasta Eldgja, un cañón volcánico al sur de Islandia. Cuando finalizó la excursión, todos los turistas volvieron al autobús. El conductor esperó más de una hora y, al ver que una joven pasajera de origen asiático, que vestía ropa oscura y hablaba bien inglés, no aparecía, partió. Al llegar al núcleo urbano, el hombre denunció a la policía la desaparición aportando una detallada descripción. Ninguno de los turistas que viajaban en el autocar consiguió identificar a la desaparecida entre los pasajeros, ni siquiera ella misma, quien participó activamente en la búsqueda, sin darse cuenta de que ella era la persona buscada. La confusión se debió a que, en la excursión, se cambió de ropa, lo cual creó el malentendido. Durante más de un día, un nutrido grupo de turistas y agentes participaron en las tareas de búsqueda. Incluso la Guardia Costera planteó un operativo de búsqueda del cuerpo en el mar, que fue cancelado por las condiciones climatológicas. Finalmente, la mujer se dio cuenta de que la descripción coincidía con la suya, por lo que terminó encontrándose a sí misma. Esta historia, demuestra cómo el ser humano puede actuar de manera inesperada en situaciones de incertidumbre y confusión. Es muy posible que su mente estuviera más preocupada por la acción de ayudar, que por analizar racionalmente la situación. Así, la turista se unió al esfuerzo de la búsqueda, sin cuestionar si realmente había una persona desaparecida debido a que, el ser humano, tiende a confiar en la percepción del grupo. No obstante, siempre es un buen momento para encontrarse a uno mismo, esta vez, con espectáculo incluido. www.carloshidalgo.es

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