CARLOS HIDALGO Psicólogo clínico

La vanidad

La Vanidad

Es una evidencia que el ser humano es vanidoso por naturaleza, pero lo cierto es que hay gente altanera, muy altanera y luego está Amy Sharp. Esta joven australiana de 18 años se escapó de un centro de menores en Sídney (Australia). Para facilitar su localización, la policía emitió un comunicado en Facebook que incluía una foto suya, en la que aparece sin maquillar y con ojeras. Por lo visto a Amy no le gustó la fotografía que la policía había facilitado a los medios de comunicación y decidió enviar ella misma una en la que salía más favorecida. En la parte de debajo de la foto escribió: “Podéis usar esta foto, por favor. Gracias”. La contestación de la fugitiva tuvo más de 60.000 me gusta, convirtiéndose en noticia para webs de medio mundo. Además, miles de usuarios de la red social se pusieron en contacto con la policía para que respetaran los deseos de la delincuente y cambiaran la foto, algo que no sucedió. Al final, debido a la sobreexposición de las dos fotos, pues prácticamente toda Australia vio su cara maquillada y sin maquillar, las autoridades no tardaran ni un día en localizarla y detenerla. Y es que el término vanidad, proviene del latín vanitas, que es la cualidad de lo vano (vacío, hueco o falto de sustancia), por lo que se utiliza como adjetivo vinculado a lo insustancial, la presunción y el envanecimiento. Así, el vanidoso, como el caso relatado, no duda en destacar siempre que puede, buscando la admiración de quienes le rodean, aunque sean desconocidos. Con frecuencia, esta manifestación de soberbia encubre un sentimiento de inferioridad y una necesidad de aceptación. www.carloshidalgo.es

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